
¿Qué debemos entender? Lo obvio: las ocho marcas que la Fepad afirmaba tener nunca aseguraron nada. Es decir, vendieron un torneo ostentoso sin fondos, un nacional de marcas como una realidad y no una posibilidad. Hoy queda claro que nunca hubo nada formal, que si bien la idea era buena, no era más que eso, una idea que sobregiraron de revoluciones en mentes excitadas.
Hace unas semanas alabamos el sentido de autocrítica de la Fepad de dar marcha atrás ante un flagrante error (el primer calendario que presentaron); sin embargo, en esta ocasión el retroceso, en lugar de demostrar reflexión, expone la falta de previsión. Al mirar estas dos contramarchas, queda en evidencia que lo presentado por la directiva Durán nunca fue un proyecto, sino una serie de medidas bienintencionadas sin siquiera un cuadro FODA. Estas providencias esperanzadoras querían cambiarlo todo pero, al ser tomadas de manera azarosa, han terminado erosionando una directiva que aún tiene muy poco tiempo para darse el lujo de patinar.
Publicado en el suplemento Deporte Total del diario El Comercio 28.02.09