BLOG. Quilmaná es nuestra

Está bien si quieren protestar. Es más, tras lo hechos, yo soy el primero. Pero aguanta fanta, serenos morenos y quietos prietos, olvídense de poner camionetas, furgonetas o bicicletas en el camino de Quilmaná. Y es que eso más que dañar a la organización pone en peligro a los pilotos quienes poco, o nada, han hecho. Con el tema de seguridad no se debe jugar y por más que el ACP haya asegurado un centenar de policías al final todo depende de los aficionados. En serio, olvídense de tratar boicotear la prueba si es que apoyar quieren a este blog. Nada. La mejor forma de festejar este espacio es ver una carrera y disfrutar cada curva. Este espacio no ha sido creado, aunque muchos crean, para destruir. La idea es hablar libremente para algún día, mediante dirigentes con criterio, hacer algo bueno. Lo del pañuelo suena más que romántico. No sé si ustedes lo harán pero yo amarré uno a la antena de la camioneta como señal de hartazgo. Cada uno lo puede hacer por el motivo que crea, pero lo importante es que al menos alguien lo haga. No es un boicot, simplemente un romanticismo. Si hay pilotos que aún temen por esta idea, les cuento que en el 2003 una nación entera siguió esta idea como manera de protesta a las políticas bélicas de Bush. Cabe resaltar que no se debuto a nadie. En Argentina, durante años, las madres la plaza de Mayo usan el pañuelo blanco como señal de pureza ante los atropellos del gobierno militar. Un pañuelo blanco no es causal de exclusión sino de opinión. Y en un ambiente donde los pilotos no pueden decir nada, como consecuencia de la reglamentación, que un acto hable tanto ya es –de por sí- un mérito. Por ello si quieren protestar, tanto aficionados como pilotos, por los algunos excesos que ustedes creen que se estén cometiendo en lugar bloquear la ruta lo más sano es formar parte de una mayoría –entre ello los pilotos- y simplemente hacer flamear un trapo –o cinta- blanca de sus antenas este 11 en Quilmaná. El mensaje será el mismo y la carrera se mantendrá viva. Total no nos olvidemos que nuestra pasión, aquella que nos une en este blog, es la disfrutar de los autos. Y Quilamaná promete un banquete. No lo echemos a perder. Al menos nosotros, no