El francés, todavía convaleciente de su fractura en el brazo derecho, observaba desde el sofá de su casa cómo su rival, Marcus Grönholm, con problemas en la primera etapa, no podía remontar más allá de la quinta posición. Por fin podía respirar tranquilo, el título mundial ya estaba adjudicado y llevaba su nombre. Tras la carrera australiana, el piloto explicó sus sensaciones, en una entrevista al periódico francés ‘L’Equipe’.
Por fin puede respirar tranquilo...
Desde la victoria de Grönholm en el rally de Turquía, los últimos días habían sido complicados y frustrantes. Marcus se estaba acercando a mí en la clasificación, mientras yo sólo podía observarlo sin posibilidad de hacer nada para evitar que me recortara puntos.
Todo podría haber salido mal...¿Qué diferencia este título de los dos anteriores?
Ahora mismo mis sentimientos son contradictorios: por un lado, ganar el tercer título es un enorme placer, no sólo por mí, sino por el equipo, que ha hecho un trabajo increíble. Por otra parte, me siento frustrado por no haber podido celebrar con ellos el momento de la victoria.
Antes de lesionarse, llevaba una racha de ocho victorias y cuatro segundos puestos, en doce carreras. ¿Cuál es su secreto?
En el mundo de los rallies, la preparación física es importante, pero no tanto como en otros deportes. En mi caso, ha influido la experiencia que he acumulado durante los dos últimos años. No creo que a nivel de pilotaje pueda mejorar, pero en las últimas temporadas he estado luchando por la victoria en cada carrera y ahora conozco el coche a la perfección.
Usted sabe qué es ganar en todos los rallies, excepto en el de Finlandia. ¿Es su objetivo para la temporada 2007?
Realmente es una carrera muy complicada. Hasta ahora, en Finlandia he corrido al límite, pero los pilotos locales siempre se han llevado la victoria. Quizá si Grönholm se retirara en un par de años, me quedaría solo y podría ganar. Este año será complicado porque estrenaré coche (Citroën C4) y todo será nuevo.
El único récord que le queda por batir en el mundo de los rallies es el de número de títulos –los cuatro de Tommi Mäkinen y Juha Kankkunen–. ¿Es su próximo reto?
La verdad es no tengo ningún plan concreto, prefiero disfrutar de las cosas que van llegando. Por otro lado, una de las cosas que me haría más ilusión sería ganar las 24 Horas de Le Mans algún día.
¿Ha pensado qué le gustaría hacer cuando se retire del mundo de la competición?
Aún falta mucho tiempo, pero me gustaría crear una escuela de pilotaje y tener un papel activo en ella. Cuando mi carrera de piloto concluya buscaré una ocupación que me motive, más allá del dinero.
Cuando no está pilotando, ¿a qué dedica su tiempo?
Me gusta la naturaleza y la escalada. Además, me estoy sacando la licencia de helicóptero. Pero la verdad es que este año no he tenido demasiado tiempo para mis aficiones.
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