Desde que el colombiano llegó a la categoría el equipo Ganassi ha recibido pedidos de compras de prendas promocionales de Rusia, Japón, Grecia, Polonia, Canada y Colombia. Esto ha marcado algo inusual en la categoría si se toma en cuenta que el 97% de las ventas de prendas siempre se han circunscrito a los Estados Unidos. Lo cierto es que Monty viene despertando interés por todos lados tras su traspaso. Según los informes de la prueba, para la fecha de Talladega –donde debutó JP- se recibieron acreditaciones de España, Italia y Francia, países que nunca habían mostrado intereses en las pruebas y cuya prensa a afirmado en más de una vez que la NASCAR “antes que un deporte es un circo”. Como si fuera poco se estima que la categoría comenzará a calar entre los latinos (la primera minoría de los EEUU compuesta por 42,7 millones de habitantes). “La expectativa por su debut ha marcado un hito en la historia de la categoría”, ha confesado Jim Hunter mandamás de la categoría. Provecho.
Mientras tanto Juan Pablo ha sabido digerir –o al menos solapear- el golpe de pasar de una categoría glamorosa como la F1 a una popular como la Nascar. Así ha reemplazado el lujo de los hoteles de Montecarlo para pasar varias noches en el Hampton Inn y almuerzos en el Lone Star Steakhouse. Así el colombiano, al menos hasta el momento, está dejando en claro que le gusta tanto el caviar como los hot-dogs. “Cuando decidí llegar a la Nascar fue porque ya no disfrutaba correr. Necesitaba un nuevo reto”, admite un carismático (¡que raro!) Monty. “La decisión no fue sencilla para Juan Pablo. El inicialmente quería esperar tres años pero sabía que la oportunidad con Chip Ganassi podría desaparecer así que tuvo que apresurarse. No quería que se le pase la oportunidad”, confiesa el padre de JP por su parte.
Juan Pablo por su parte ha sido generoso con sus primeras impresiones: “Nunca había estado en un circuito tan grande, con tanta gente. Los aficionados son diferentes a los de la F1 pero los latinos somos personas más apasionadas por lo que tengo la seguridad que me sentiré en casa en cada prueba. Sin embargo las distancias tampoco son tantas. En Alemania los fans también toman un montón de cerveza como por acá. Ahora si tengo que comparar a los seguidores de la Nascar sería más fácil hacerlo con los de un equipo de fútbol. En la F1 hay muchos aficionados que van a las carreras solamente por el glamour y por exponerse sin saber exactamente de que se tratan las carreras. Acá hablamos de verdaderos apasionados del deporte. Estamos frente 150 mil personas en una carrera donde el 90% sabe de que se trata esto.
Chris Weiller, vicepresidente de su equipo, confiesa que Montoya es un hombre regular. “No nos ha pedido caviar hasta el momento pero si hemos compartido hambuerguesas, hot dogs y costillas. Sus únicos antojos han pasado por papas fritas y jugo piña (yara con la dieta!). Pese que hasta hace poco ganaba 14 millones de dólares su ego es bastante sencillo de satisfacer”, admitió Weiller. Todo hace parecer que Montoya por fin a encontrado un lugar donde ser feliz.
A continuación los dejamos con el seguimiento que le dio la televisión norteamericana a la participación de Montoya. Cabe resaltar en el video se puede escuchar las indicaciones del equipo al piloto donde abundan los consejos y las preguntas.
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2 comentarios:
FANTASTICO y encima parecer ser muy divertido !
Pos si.
Dan ganas de ir a una carrera a ver, no?!.
Gracias por escribir,
Daniel
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