
Tras varios cafés estaba sentado, con peinado engominado y grabadora con pilas nuevas esperando a Milka Duno –que había llegado catorce horas antes en vuelo comercial procedente de Nueva York- en el piso 18 del hotel Marriot. Así sin otra vista que la grisácea costa limeña, se inicio una conversación donde recorrimos sus motivaciones y aspiraciones (pueden leer la nota en la presente edición de Ruedas&TUERCAS del 15 de agosto).
La conversación fue entretenida aunque debo admitir que por momentos me quedé con la impresión que estaba ante un producto. Hubo respuestas de reina belleza y estoy seguro que si le preguntaba cual era su principal anhelo de vida me hubiera respondido “la paz mundial”. Estaba vestida de impecable negro –de pies a cabeza-, con una sonrisa de comercial de pasta dental y un pelo azabache perfectamente lacio que se movía de lado como si se tratarán de una coreografía estudiada. Era amablesísima incluso con mis preguntas más incómodas. Una todo terreno en el arte de las entrevistas que dejaba la impresión que la Duno ganaba más kilómetros con los periodistas que contra los pilotos.
Un detalle que me llamó al atención fue cuando llegó a la entrevista y me dijo de arranque: ¡Hola Daniel!. No me conocía. Ni le había estrechado la mano pero ya me conocía (como si tratará de canción de Arjona). Nunca había oído de mí, sin embargo me trataba como si fuéramos compañeros de chupeta de siempre. ¿Era acaso famoso?. Nah. Pasa, pasa nomás. Su personal de prensa, con los que habíamos coordinado la entrevista, sabían como se llamaba el reportero encargado de la nota y no dudaron en decirle a la Duno que nombre debía aprender para la cita para crear un ambiente de familiaridad. Es parte de la nueva tendencia que viven los volantes en el mundo. Hace algunos años había visto a Richard Burns, en Auckland, pasear con un séquito de relacionistas públicos que se preocupan desde como se movía su peleo con el viento hasta a que dirección se iban sus gotas de sudor. Cada vez los pilotos están más producidos y es que los auspiciadores saben que los productos no solamente se venden cuando esta el motor encendido.
Me imaginé (que egocéntrico pensamiento) a la Duno repitiendo mi nombre en el transcurso de su penthouse al ascensor intentando relacionarlo con alguna persona importante que le diera un valor especial a los seis fonemas que componían el nombre de este redactor con sobrepeso y cara de a-ver-sorpréndeme. Durante la cita Milka fue cancherísima, carismática y encantadora. Si le ponía botas altas y minifalda hubiera sido una perfecta dalina. No sabía cuantas páginas le íbamos a dar a su entrevista pero nos hablaba como si lo nuestro fuera para un libro. Besitos, fotitos (las cuales caletamente miraba con la fotógrafa para chequear si habían agarrado su perfil idóneo) y un “ojala puedas ir a la carrera”, sellaron nuestro encuentro.
Mientras descendía por aquél largísimo trayecto desde el piso 18 dentro del encapsulado ascensor de vidrios, no podía dejar de pensar que el camino a las fama automovilística no está empedrado –exclusivamente- de vueltas rápidas y poles position. Recordé que no todas las fotos tienen que ser podio sino también de facha –por más que haya sido tuneada por un inspirado bisturí-, ni que todas las declaraciones deben ser sobre mecánica. La Duno tal vez no es de las más rápidas en los trazados pero si es una de las más marketeras de los pits y eso la he llevado lejos.
Una mujer siempre es un elemento atractivo en los boxes –en aquel espacio en que los pilotos no se tapan los rostros con los cascos- a la hora en que el mameluco está lleno de auspicios y los flashes están ansiosos. Mientras descendía sabía que para cuando llegará a mi casa, arriba la Duno estaría reseteando mi rostro de su disco duro y aprendiendo el nombre del siguiente periodista. No importa. Es parte del negocio. Es más tal vez ni había comido cebiche en el almuerzo, ni había sentido el Pisco Sour tan “rico” como me dijo. Qué se va hacer. There's No Business Like Show Business.
2 comentarios:
Llegué a tu blog porque un amigo me contó. Me he divertido mucho con esta historia. Siempre he querido saber las cosas que encierran las comisiones de los periodistas. Yo estoy estudiando comunicaciones en la de Lima y me ha parecido una de las cosas más divertida que he leído. Sigue escribiendo así. Te sigo desde hace mucho en la revista y te felicito por tener ahora tu blog. Va ser como hablar contigo todos los días.
Qué haces a esta hora conectado?!!.Acabo de colgar este artículo hace un par de minutos y estaba apagando la compu para irme a dormir. Has sido, fácil, el primero en leerlo. A mi ha divertido mucho escribirlo así que me vacila que te haya gustado. Gracias por las palabras de apoyo y por seguirme en Ruedas. Sobre lo de hablar conmigo todos los días, bueno mejor te doy mi msn porque no todos los días voy a poder poner al día el blog. Próximamente presentaremos este espacio en sociedad en la sección multimedia de la revista. Gracias, nuevamente por el apoyo, y felicitaciones por elegir tan buena carrera. Ojalá no pierdas demasíado tiempo con las Matemáticas como lo hice yo (trica mediante).
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