CDI. Conferencia Pilsen.

| martes, 26 de setiembre de 2006
Estamos en cierre pero igual me di un salto –sacrificando la hora de almuerzo- para estar en la tradicional conferencia de Pilsen previa a los Caminos del Inca. Llegué tarde. La conferencia ya había iniciado y cuando me bajé del auto lo primero que me di cuenta fue que un grupo de policías le hacían problemas a la seguridad del Embarcadero 41 –donde fue la conferencia- porque los vehículos estaban invadiendo la vereda. No había nada que hacer, las autoridades no son racing. Cuando ingresé me di con la sorpresa que la conferencia ya se había iniciado. Pelotón de pilotos –todos enfundados en polones rojos de Pilsen- y una mezcla de periodistas con cara de atención entremezclados con otros cuyos ojos reflejaban la ansiedad de "a qué hora sirven la comida". El Chupo el era moderador de la conferencia y gracias a su humor llevaba la conferencia con éxito. Hacía bromas, soltaba preguntas e interrogaba a los pilotos con las precisas. Hablaba con claridad y me hacía pensar: ¿por qué nunca fue periodista?. Cachete soltaba frases memorables, como siempre, destacando la de "estos Caminos serán como una pachamanca, porque va estar que queman". Pudo decir una sopa o un sancochado pero aparentemente en su casa la olla de presión esta de vacaciones. Luego le tocaría a Bernardo Bravo. Cabe resaltar que siempre le he tenido mucho respeto a Bernardo pero la declaración que soltó me sorprendió demasiado: "he corrido en siete oportunidades y nunca he hecho hoja de ruta". Plop, replop y recontraplop. Con razón el año pasado rompió 14 amortiguadores. "Eso te pasa por no apuntar los huecos", agregó luego Juan Dibos cuando el micro llegó a su poder. Al lado Ricardo Dasso se quedaba dormido. Ojo no digo que cabeceaba sino que poco más y roncaba. La conferencia seguía. Las risas se sucedían. Las anfitrionas se esforzaban. Ricardo seguía coqueteando con la almohada. El Mono bromeaba con Rodrigo Alonso que se mostraba más inquieto de lo habitual. El tiempo no perdona. Los periodistas seguían llegando. Flashes, preguntas y si pues escuchando al Chupo uno se cree que la vida es más rica con una Pilsen Callao…ahhhhhh. Entre los periodistas el rumor que Neto tal vez no corre comienza a formarse un murmullo constante. ¿Quién sabe?, ¿quién sabe?. Afuera los tombos se encaprichaban en clavar multas mientras que adentro la conferencia terminaba y los periodistas se lanzaban sobre los pilotos. Ahí me incluyo. Saludito, saludito, saludito y zuácate grabadora al Mono. Esta tranquilo (no entiendo como demonios puede estar tan relax un pata a esa edad y sabiendo en lo que se viene). Mis preguntas suenan más preocupadas que sus respuestas. Dice que se siente en condiciones de superar a cualquier rival en la última etapa si hay 5 minutos de diferencia. Me cuenta que el fin de semana estuvo con su papá y con tío Eduardo viendo cuál es la caja convenía más, como disponer de los auxilios y todo lo referente.
- ¿Quién te está dando más consejos?
- Los dos. Me hablan todo el día, confiesa mientras ríe.
Cabe resaltar que el Lancer tendrá un GPS en el techo para que la familia lo siga en vivo mientras este en la ruta. "Me van a monitorear a cada rato y en cada asistencia voy a estar llamando", finaliza El Mono. Sin lugar a dudas no va estar solo.
Termino la entrevista y veo como Alonso se desmarca. Queco para izquierda, amague para derecha y madrugo al periodista de no se que radio. Rodrigo sonríe como siempre. Confiesa que tiene muchas motivaciones para la presente edición porque sus tíos no pueden correr, porque va tener a su tío Juan a la derecha, su primo Raúl va estar corriendo y porque su copiloto habitual (Diego Zuloaga) va estar en otro auto y debe terminar enterito para definir el campeonato en Huancayo. Sabe que tiene posibilidades reales para llevarse la categoría y, por qué, no tentar a una buena posición en la general. "Las camionetas van a salir a comerse cada metro. Los abandonos no van estar ajenos a la prueba", confiesa mientras chequea de lejos que ya comenzaron a servir las entradas. Le pido que haga una versión de su imitación de Luis Moya (la hace muy bien cabe resaltar) con la promesa que la colgaré pronto en este blog. Prometo hacerlo.
Terminamos la entrevista y se va. Salgo ligero y veo a todos sentados. Los platos llegan pero el reloj apremia. Despedida general de saludo con el brazo levantado para los pocos periodistas que les caigo bien (no piensen que solo me detestan algunos pilotos, lo mío creo que no es cuestión de trabajo sino de antipático). Apretón de manos con el Chupo y listo para entrar al auto. En el camino veo que los policías siguen al lado de los autos pero mucho más amistosos. Los observo de volada y veo a uno de las autoridades con una gorra de Pilsen. No hay nada que hacer. Ley 34324 de la Amistad: a la policía se le engríe. Emprendo la retirada. Llegó a Ruedas me como un sanguchito a la volada y pido las hojas diseñadas, de la edición del viernes, para hacer las leyendas. Las veo a mi lado pero no me antoja empezar hasta terminar este relato. The End, estimados. Llegó la hora de volver al trabajo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

..que redacción !! un exito.
te felicito Magalón.

me salió verso sin hacer esfuerzo..ja ja

Daniel San Román dijo...

Gracias,
Un abrazo,
Daniel