COLUMNA. Ampay me excluyo

Esta semana, la columna Parque Cerrado no traerá un piqueo de chismes y cederá su sitio a la reflexión irresponsable. Esta vez vao levantar polémica ¿ya?. Vao a levantar rating y hacer que ese contador de visitas siga subiendo. Vao que junto podemos. Vao a tocar un tema complicado para provocar que alguien salte. Tema de la semana: cancelación de exclusiones. ¿Se puede?. La Federación dice que si y por ende se puede. ¿Se debe?. Ah….eso ya es otra cosa. ¿Se ve bien?. Eso ya es muy personal. Y dado que es algo personal yo me voy a despachar a mi antojo en una opinión que pueden o no compartir.
¿Un piloto debería poder anular las pruebas en que un piloto ha sido excluido?. Como diría el filósofo popular ochentero Camotillo El Tinterillo: pichón wiflas y naca-la-pirinaca. ¿Dónde se ha visto eso?. ¿A ver?. Si tú eres de los que defiendes esto y crees que es correcto, señala en el mapa un país donde se permite eliminar las exclusiones para mandarles una versión de este artículo en kiswahili, swahili o haussa. No hay que ser muy duchos, ni reglamentistas para darse cuenta que esto no se puede y está mal. Antes que los reglamentos, Dios hizo el sentido común. Y por sentido común no se deberían eliminar las exclusiones. Por qué, preguntarán muchos. Simplecito…porque una exclusión se debe a una falta grave en el reglamento. Algo que no se debía hacer. Que estaba prohibido.
Ilustremos la reflexión con un ejemplo. Un piloto A corre con una ventaja técnica. El piloto es consciente de esta ventaja y aún así corre (es decir hace trampa) sabiendo que esta mejoría ilegal le puede dar la victoria. Al final de la competencia lo ampayan y lo excluyen. Más allá de la sanción, el piloto podría excluir la prueba –según lo estipulado por la Fepad- en la que hizo trampa de manera deliberada.
Ojo al piojo, serenos morenos y quietos prietos. No estoy diciendo que todos los pilotos que han sido excluidos son tramposos. Cabe resaltar que las exclusiones son originadas por incurrir en faltas graves a los reglamentos, por descuidos, por desconocimiento y en algunos casos….pos si, por trampas. Y estas faltas son castigadas con exclusión. Con “fuera, fuera, fuera… por no saber”, “fuchi, fuchi”, y con “ya, ya, ya…rapidito nomás y cierra la puerta que entra el frío.
No pues. Cuando a un piloto lo excluyen en una prueba ya se acabo. Listo el pollo y pon la mesa con los cuchillos de la abuela que vienen visitas. Uno puede reclamar la exclusión y pelearla hasta el final pero si se fue retirado de la prueba, caballero nomás. Sino la gente podría hacer trampa, jugársela que lo ampayen –total si lo descubren igual la puede eliminar después- y seguir corriendo como si nada.
En estos días que el automovilismo esta polarizado estas son las clases de situaciones que polarizan más el ambiente. Creo (Daniel Antonio San Román Herrera, Prom XIII del Colegio Santa Rita y alumno triqueador de Matemáticas Básicas del ciclo 95-II de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas a título personal y eludiendo responsabilidades de terceros) que no se debería poder eliminar las exclusiones. Puedo estar equivocado. Podría ser que…si pues…esto es mete-gol-gana y si pasa algo ampay-me-salvo pero yo creo que no se debería poder. Ahora, la Federación en el reglamento permite esto…entonces esto es “constitucional”. Es permitido y una regla de juego que está desde el inicio de temporada. Que duda cabe que es legal…pero no deja de estar mal, pues. En muchos estados de Norteamérica los “errores policiales” –es decir “me confundí y te encaje una bala”- son legales. Si pues pero no dejan de estar mal. En algunas sociedades del Medio Oriente cuando alguien roba le cortan la mano. Nuevamente es legal…pero están tronados de la cabeza, pues. Esta situación va más allá de los nombres. Lo que verdaderamente importa es el antecedente que se establece. Ahora lo bueno es que en nuestro país la gente le presta tanto interés a estas cosas que de acá a unas semanas –por no decir días- nadie se acordará. Ya verá. Espérese nomás unas horas para que vea como todo se disuelve. No se olvide serán minutos los necesarios para que la idea se evapore. Cuestión de segundos. Es más, ¿ve que ya no se acuerda?.