CDI: Calentando al Inca

Cincuenta y uno son los participantes para la trigésima sexta edición del Gran Premio de Carreteras Caminos del Inca -que conmemora los cuarenta años de la prueba- para este penúltimo cierre de inscripciones. Una lista generosa donde se siente la ausencia de los pilotos del nacional y que destacan en el extranjero. “Esta es una carrera de machos”, dirán mucho. “Caminos del Inca tiene su propio público”, defenderán varios. Sin embargo lo cierto es que un Gran Premio como este no debería estar exento de nuestros principales volantes. Que la prueba tiene un público cautivo nadie lo duda, pero que también existe una afición dedicada que le encantaría ver a Ferreryros, quién fue declarado persona no grata en el ACP –un título que es un equivalente a traición a la patria- tras declarar sobre la seguridad del evento, Tito Pardo o Ricardo Dasso (ambos corriendo Codasur) en la ruta domando al Inca como todos los demás.
Hace unos años esta prueba era disputada por todos los pilotos del momento. Bradley o Malachowski no eran estrellas salientes del automovilismo cuando lo corrían. No eran veteranos, ni ex notables. Eran LAS figuras. Hoy el cartel regular del Campeonato Nacional de Rally parece estar peleado con la lista de inscritos de los CDI. “No los necesitamos”, dirán. Pero lo cierto es que nadie puede negar que sería más rica la prueba con Ferreyros, Pardo, Dasso, Barco, Brandes, Frisancho y la lista podría seguir ampliándose con generosidad. Que la prueba es rica en historia y en tradición es algo ineludible, pero uno debe con los años intentar ampliar esta historia. No contentarse con lo que han hechos los que nos precedieron. Caminos del Inca es la carrera más importante del automovilismo nacional porque representa y por que consiguió en el pasado. Muchas veces se dice: es la carrera que une a los pueblos. Y eso es algo obvio. El deporte de los autos permite que las carreras se descentralicen y una prueba como esta hace que se vaya a lugares alejados. Los une porque es el espíritu histórico de la carrera sin embargo su primera intención no fue eso hacer una prueba que recorra el país (como los grandes premios existentes como la Buenos Aires – Caracas) sino una carrera de largo aliento donde tras muchos kilómetros y horas, el ganador goce de la gloria de ser el mejor en una prueba que extensa que recorrió las principales ciudades del mundo. No me digan, porque no lo creo, que cuando lanzaron el primer trazados con plumón sobre el mapa alguien grito: “Pero no se olviden de pasar por Curahuasi porque es un pueblito lindo y el anís es riquísimo”. Lo más probables es que se definieron las ciudades principales a las que se querían llegar y luego se trazo el camino más conveniente.
Con los años Caminos del Inca se ha convertido en el suceso deportivo de varios poblados. La postal de los niños apuntando tiempos es ya por demás conocida (quién no la ha contado, que revista no la ha publicado). Que se paran las clases, que las iglesias detienen las mismas y que los campos de cultivo crecen generosos por esos días es un hecho real. Hace unos meses me comentaron que la intención de esta prueba era venderla como una aventura como parte de una prueba turística donde los pilotos extranjeros –pueden correr a ritmo moderado- gozando de nuestra diversidad climática que genera alucinantes paisajes. Y bajo esa premisa se podrían hacer ciertas concesiones para atraer a volantes foráneos (como categorías Open y cuando se quisiese) pero lo cierto es que en lo que va del nuevo milenio los extranjeros que han venido a correr el GP pueden contarse con los dedos de una mano. ¿Tons?.
Pero si bien pueden haber miles de reclamos y opiniones lo cierto es que Caminos del Inca tiene un crédito enorme que le da vida propia de su afición. Este año la prueba promete estar cerrada y con ventaja para las camionetas donde Alayza y De La Flor a bordo de sus Forester prometen pelear por la punta ante las intenciones de gloria de Neto Jochamowitz que llegará con una Outlander. Más candidatos para la general. Si pero estos llegan en la TIN: Raúl Orlandini Jr. y Eduardo Dibos. Pronto más noticias y reflexiones.