WRC. A Japón con escalas

| jueves, 7 de setiembre de 2006
Japón es uno de los verdaderos dolores de cabeza de la temporada para los pilotos. Su lejanía hace de esta prueba un experiencia desgastante. Así mientras que los europeos tienen que viajar 20 horas para llegar a su destino los sudamericanos tiene que protagonizar verdaderos epopeyas para poder estar en la partida de la fecha nipona. Martin Christie es argentino, navegante y por estos días coordinador de viajes de los pilotos gauchos que corren el mundial. Christie ha comentado recientemente que cuando las condiciones son favorables el piloto argentino Luis Pérez Companc –que tiene toda la plata posible- viaja a las fechas europeas a bordo de su jet privado. Sin embargo para una carrera como la japonesa el viaje en su avión privado era casi imposible por la cantidad de detenciones que tenía que hacer en el camino. Pérez Companc, para quién el dinero no es un problema, le pidió a Christie que le hiciera un cronograma de vuelo que le permitiera llegar lo antes posible a Hokkaido. Para ello le dio un cheque en blanco y una confianza a prueba de balas. El coordinador logró hacerle un itinerario de cuarenta y cinco horas que se iniciaba con un taxi que lo transportaba hasta el aeropuerto de Cordoba de ahí un vuelo a París para luego partir a Tokio y tomar el avión que lo llevaría a Obihiro. Cuarenta y cinco horas en primera con barra libre de champagne y caviar hasta el hastío. Aún así, Pérez Companc se aburrió. Por ello para el regreso consiguió un viaje de 40 horas vía Osaka-Dallas-Lima-Buenos Aires-Cordoba. Pero mientras Lucho revienta dinero en itinerarios, el buen Gabriel Pozzo poco más y tuvo que hacer chanchita para llegar al rally. Fueron 56 horas de viaje donde solo 26 fueron efectivas de vuelo. Las demás las pasó en salas de espera y controles de migración. Más clara la diferencia entre un WRC y un Grupo N…imposible.

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