CDI. Henos aquí, aquí henos.

Siete de la mañana y llegué a Cusco. Hace frío pero tengo sueño. He arribado en el primer vuelo, de los catorce, proveniente de Lima con la esperanza de poder dormir unas horas antes de la llegada de los pilotos a la Plaza de Armas. Ingenuo. El efecto de un café tomado minutos antes de abordar ha daño mi sistema y me tiene como un buho dando vueltas en la cama. Insomnio. Mañana saldrá publicada una columna mía en Deporte Total y aprovecho está horas de “a-que-hora-me-viene-el-sueño” para escribirla. Ya la hice. En verdad he hecho dos. Una por si De La Flor llega liderando y otra por si Luchón logra quitarle la punta (ustedes saben que la mala suerte de Tito puede aparecer en cualquier momento). Si los dos se quedan todo el trabajo hecho habrá sido en vano. He terminado las columnas y el sueño no llega. Caballero nomás. He empezado a hacer el artículo para el blog del diario –que no se porque tengo la idea que ninguno de ustedes están revisando porque les gusta el chismecito nomás…y que se va hacer, a mi también me gusta-. El café sigue dando vueltas en mi organismo descafeinado por naturaleza y he logrado terminar la entrega. Ahora me falta solo la foto para la apertura. Y el sueño no llega. Estoy ansioso. No sé si todo es culpa del café o es porque sé que está llegada es clave para prever al ganador.
Algunas previas. Ayer ha llovido toda la noche. No sé que tanto puede afectar esto en la ruta. En verdad creo que muy poco si tomamos en cuenta que los pilotos tomarán tierras cusqueñas alrededor de las dos de la tarde –sin reagrupamientos sorpresivos mediantes-. La plaza luce tranquila, mi hotel está al frente, no hay señales de nada aún. El taxista que me trajo del aeropuerto me preguntó si venía a Cusco de Turismo. Le dije que nop, que estaba acá para cubrir Caminos del Inca.
-¿Ah?-preguntó el taxista
-Si maestro es hoy día- le digo.
-Y quién esta liderando?- pregunta
-Tito De La Flor- respondo.
-Cuál ese que atropelló a los aficionados por acá hace unos años- fusila.
Pasu machu. Larga explicación.
-No este De La Flor no era ese De La Flor-le cuento
-Es su papá?-indaga
-No maestro. No es nada
-Sabe que lo han declarado reo contumaz a ese De La Flor- me hinca de nuevo
-Pero hombre que no es el mismo.
-Habrá que verle cara, si no se lo llevan derechito a la comisaría-concluye el taxista.
Bueno el sueño para que por fin ha llegado pero tengo la ansiedad intacta. Debe ser ese viaje en avión de Lima a Cusco que nunca me ha gustado. Esa izquierda full que toma el mastodonte alado antes de aterrizar siempre me ha deseado tener arneses de cinco puntos. A dormir un rato entonces.
Más tarde me despertaré y publicaré en la cabina más cercana. ¿Ya compraron la Ruedas con el especial de Caminos?. Kiosco más cercano, diez soles y kilómetros de información estimados. Cambio y fuera. 10-4. Esto recién empieza. El día promete ser largo. Para la noche el blog promete menú variado: una entradita de textos, una sopa de chismes, unas fotos a la carta y unos videos de postre. La cámara está cargándose, la grabadora con pilas nuevas y la libreta desenfundada. Solamente falta que la inspiración este a la altura.

Banda sonora. Los artículos de hoy –este así como la columna del diario como el artículo de la web- han sido escritos mientras escuchaba, de manera reiterativa y maniática (no les digo que el café me hace mal): “Para no olvidar” en la versión Vicentino, “Crimen” de Gustavo Cerati, “Crímenes Perfectos” de Andrés Calamaro, “Te vi” de Fito Paez, “El Oso” la versión de Paez” y “En algún lugar encontraré” en la versión de León Giecco.
Frase del día: “Todo lo que termina, termina mal poco a poco / y si no termina se contamina y eso se cubre de polvo” (Crímenes Perfectos de Andrés Calamaro).